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El agua: ¿Qué nos depara el futuro?, ¿cuáles son sus retos?

Obra: El agua y la seguridad alimentaria

Autor: Fao

Tipo de texto: Expositivo


LA DEMANDA DE ALIMENTOS CRECE Y CAMBIA

Hay en el planeta más de 7 000 millones de personas que alimentar y se prevé que habrá otros 2 000 millones para el año 2050. Esto signi?ca que se necesitará un 70 por ciento más de alimentos, hasta un 100 por ciento en los países en desarrollo.

Debido a la acelerada urbanización y el aumento de los ingresos, la alimentación está cambiando. El consumo de carne, en particular, se prevé que aumente de 37 kg por persona al año en 1999-2001 a 52 kg en 2050 (de 27 a 44 kg en los países en desarrollo), lo que supone que gran parte de la producción agrícola adicional se destine a alimentar el ganado.

Por ejemplo, el 80 por ciento de los 480 millones adicionales de toneladas de maíz que se necesitarán anualmente para el año 2050 se destinarán a los piensos, y la producción de soja tendría que aumentar un cuantioso 140 por ciento para llegar a 515 millones de toneladas para el año 2050.

EL CAMBIO CLIMÁTICO INCREMENTA LOS RIESGOS

Los principales efectos del cambio climático repercuten en los recursos hídricos. Por lo tanto, se sentirán en la agricultura de secano tanto como en la de regadío, lo que incluye la producción de piensos y forrajes para el ganado, así como los productos forestales y la acuicultura. Se prevé una cuantiosa disminución de las lluvias anuales, el escurrimiento de los ríos y la recarga de los acuíferos en la cuenca mediterránea y en las zonas semiáridas de América, Australia y el África austral, que repercutirá en la disponibilidad y calidad del agua en regiones donde ya es escasa. Sin embargo, en algunas zonas de las altas latitudes aumentará el potencial de producción de alimentos.

El cambio climático también repercute en los riesgos de extremos de disponibilidad de agua. Todas las regiones experimentarán, en efecto, sequías más frecuentes e intensas, lluvias excesivas e inundaciones que pueden destruir los cultivos y poner en riesgo la producción de alimentos. La población de los entornos frágiles, especialmente si sus medios de subsistencia dependen de la agricultura, afronta un riesgo inmediato y creciente de malas cosechas o pérdida de ganado.

LA COMPETENCIA POR EL AGUA AUMENTA

Dado el aumento de la población y el crecimiento económico, la demanda de agua para las ciudades y la industria está creciendo mucho más rápidamente que la demanda agrícola. Sólo en la agricultura ya compiten por los recursos hídricos los productos básicos, la ganadería, la pesca continental y la acuicultura, así como los cultivos no alimentarios, comprendidos los producidos para obtener ?bras y biocombustibles. Compiten asimismo el agua potable, la sanidad, la energía hidroeléctrica y determinadas actividades recreativas. Todos estos usos pueden competir entre sí y algunos pueden considerarse de mayor prioridad que los alimentos. La yuxtaposición de la población urbana en acelerada expansión y la irrigación en una misma cuenca ?uvial ya constituye una fuente importante de con?icto y obliga a la agricultura a limitar su uso de agua. Es necesario coordinar e integrar la gestión de todos los usos del agua, especialmente para proteger los intereses de los pobres y de otros grupos vulnerables, en particular las mujeres, que son las primeras en perder acceso al agua cuando aumenta la competencia.

LOS RECURSOS DE TIERRAS Y AGUAS ESTÁN DEGRADADOS

En los decenios de 1970 y 1980 la revolución verde ?basada en la intensi?cación por medio de variedades de alto rendimiento, insumos químicos como los fertilizantes y los plaguicidas, e irrigación ? produjo efectos muy positivos en la producción mundial de alimentos, y liberó en gran medida al mundo de las hambrunas debidas a dé?cits de la producción de alimentos. Pero esto ha tenido repercusiones signi?cativas sobre el medio ambiente. Una cuarta parte de las tierras del mundo están degradadas. Muchos grandes ríos ahora se secan durante una parte del año, con graves consecuencias para la biodiversidad acuática. Los grandes lagos y los mares interiores se han reducido, y la mitad de los humedales de Europa y América del Norte ya no existen. La producción pecuaria intensiva y el uso excesivo de fertilizantes o plaguicidas químicos también han contaminado las masas de agua. La contaminación del agua es una causa importante de la disponibilidad reducida de agua para diversos usos y puede producir serios efectos en el medio ambiente y en el bienestar humano.Está aumentando el número de regiones que no pueden satisfacer las necesidades alimentarias básicas de su población en crecimiento. Muchos de estos lugares corren riesgo porque el impacto en el medio ambiente no tiene remedio.