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El cerdo

Obra: Hasta (casi) 100 bichos

Autor: Daniel Nesquens

Tipo de texto: Expositivo


El Cerdo, en contra de lo que puede pensar la gente, es el animal más limpio de cuantos subieron en el Arca de Noé. Lo que pasa es que los propietarios de cerdos se empeñan en ubicarlos en los sitios más sucios y cochambrosos. Y encima les dan para comer las sobras que no han querido ellos o sus familiares. Con lo deleitosamente que se comería un cerdo una paella de marisco.

Ahora sí, el cerdo es un poco vago. Se pasa el día sin hacer nada. En vez de aprovechar el día para leer y ser algo el día de mañana, no: prefiere revolcarse y aplicar su hocico en el pringoso suelo que pisa. Así nunca conseguirá que no se le llame cerdo.

El cerdo es el animal que más nombres tiene: cochino, verrón, puerco, gorrino, marrano, chino, chancho (¡anda, como llamamos a mi primo!), gorrín, porcachón... Todos ellos desagradables y peyorativos. Hora va siendo ya de llamar al cerdo con otros nombres más agradables: María Luisa, Tomás, Teobaldo, Anselmo, Sidonio...

El primo hermano del cerdo es el jabalí.

Actualmente se están haciendo estudios en el Museo del Prado para demostrar que, en el original de Las Meninas de Velázquez, quien estaba a los pies de la enana María Bárbola y el enano Nicolasillo Pertusato era un cerdo y no un perro. Pero Velázquez fue reprendido por el rey Felipe IV, quien le conminó a quitar el cerdo y dibujar un pavo real. Al final ni una cosa ni otra: un mastín.