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Marcos Mostaza (fragmento)

Obra: Marcos Mostaza

Autor: Daniel Nesquens

Tipo de texto: Narrativo


A mí no me importa ser español, en absoluto. Pero preferiría ser del norte de América, de Estados Unidos. Del estado de Florida, de Orlando más concretamente. A menos de 30 kilómetros de Disney World. Cogeríamos el coche de papá (lo acabamos de estrenar), enfilaríamos la carretera estatal número 4 y en menos de 20 minutos… a disfrutar de todo el encanto del mundo Disney.

Me gustaría decir que la tierra donde vivo la descubrió Cristóbal Colón, pero lamentablemente no es así.

Vivo en un continente que no sé quién lo descubrió. Parece ser que lleva aquí toda la vida. Si me remontase mil millones de años atrás (minuto arriba, minuto abajo) esta ciudad en la que vivo estaría llena de dinosaurios y vacía de coches, que contaminan con el humo que sale del tubo de escape. Pero como digo, ni soy estadounidense, ni me gustan las hamburguesas, ni el ketchup, ni vivo en una casa rodeada por una cerca de listones de madera acabados en punta, ni puedo subir al desván, ni tenemos un garaje adosado a nuestra casa.

Mi nombre es Marcos, tengo casi diez años y vivo en el valle del Ebro, en Zaragoza. Saragossa que dicen los extranjeros. Vivo con mis padres y mi hermana en un bloque de pisos y el garaje está debajo de la casa. Encima, como es costumbre, está el tejado y, en este preciso momento, una nube con la forma de Mickey. El cierzo sopla y la nube se va. Adiós, Mickey, adiós. Y recuerdos a Minnie, y a Pluto, y a Goofie...

Mi padre se llama papá y mi madre, mamá. O sea, Ricardo y Carmen. Suena como si fuesen unas estrellas del pop.

«Y ahora con todos ustedes Richi and Carmen. Un aplauso para este magnífico dúo», diría un presentador micrófono en mano, corbata en el cuello y peinado con raya.

Y es que cuando mamá canta, una alegre sonrisa

adorna sus labios.

«Richi and Carmen, Carmen and Richi, me dejáis... por favor... sería posible...», dice mi hermana Marina cuando quiere salir con sus amigas o llegar más tarde de las diez.

«Se ha dado maquillaje, se ha dado maquillaje», digo yo, por meter algo de cizaña.

«Tú te callas, que nadie te ha dado vela en este entierro».

«¿Qué entierro?, ¿qué vela?».

«Es una frase hecha, mocoso», y murmura algo que solo ella escucha Mi hermana siempre que se enfada conmigo me llama mocoso.

Mocoso: que tiene muchos mocos. O también: dícese del niño o muchacho imprudente.

Ese soy yo. A veces, no siempre, claro.

Ah, para el que todavía no lo sepa, todos me llaman Marc. Todos menos mi abuelo, que me llama por mi nombre y su apellido (que también es el mío): Marcos Mostaza.