- 539 textos
- 72 audio-lecturas
- 194 prop. didácticas
- 6897 usuarios
- Argumentativo (59)
- Descriptivo (24)
- Dramático (19)
- Expositivo (97)
- Narrativo (201)
- Poético (139)
- ¡No es tan fácil ser niño! (fragmento) (10.00)
- La higuera (9.40)
- Fragmento Un Sísifo contemporáaneo (8.83)
- Romance del Conde Olinos (8.83)
- El niño yuntero (8.75)
- Os pinos (8.67)
- El gallo despertador (32767)
- Por escrito gallina una (29927)
- Don Juan Tenorio (fragmento II) (9406)
- Platero y yo (fragmento) (8016)
- Lazarillo de Tormes (fragmento) (7980)
- La odisea (fragmento) (5587)

![]() ![]() ![]() ![]() |
El tejón es completamente diferente de los demás miembros de su numerosa familia (la llamada de los mustélidos), tales como la comadreja, la nutria, la marta y la garduña.
Es muy perezoso. Tanto que, pese a su condición carnívora, no se dedica a la caza: prefiere una alimentación más cómoda, aunque sea a base de vegetales o de animalillos lentos que no le den mucho trabajo.
Únicamente se preocupa de prepararse una madriguera a su gusto: precisamente, tal que reúna las mejores condiciones para su tranquilidad. Debe ser suficientemente subterránea para que nadie le llegue a molestar. El tejón se la excava por sí mismo, con gran tenacidad. Cuando está finalizada, tiene numerosos pasadizos y salidas de seguridad, un respiradero y una cámara central suficientemente amplia para moverse sin estorbos.
Allí pasa el tejón todo el día haraganeando y completamente solo. Únicamente durante la época de celo abandona su aislamiento y elige una compañera.
Pero, apenas han nacido sus hijos, los abandona y vuelve a su vida solitaria. Por cierto, los tejoncillos no se parecen a su padre: son alegres e inquietos, retozones y activos. Sólo cuando va pasando el tiempo, olvidan lo que es correr, se separan del grupo y se encierran a dormir tranquilamente en su madriguera, que siempre está limpísima.
¿Recomendarías su lectura en el aula? Por favor, valora del 1 al 10 este texto.