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El pan y los molinos

Obra: Invenciones e inventos

Autor: Ezequiel Solana

Tipo de texto: Expositivo


Pan es una porción de masa de harina y agua que, después de fermentada y cocida en horno, sirve de alimento al hombre. Pero por extensión suele también llamarse «pan» a todos lo que sirve para el sustento diario, y así se dice en la oración dominical: «el pan nuestro de cada día, dánosle hoy».

Antes de que se conociera el pan, el hombre comió los granos de trigo masticándolos; después aprendió a triturarlos entre dos piedras, como se ha observado en las excavaciones hechas en las ruinas de Troya; más tarde se tuvieron piedras oblongas, ligeramente cóncavas, donde se machacaban, como puede verse en las colecciones del Museo Numantino de Soria. En Egipto ya se conocieron de mano, con una piedra fija y otra movida con un manubrio.

En un principio, la harina era gruesa mezclada con cascarilla y otros granos enteros. El pan era mal fermentado y mal cocido, áspero y duro, y como los hombres más que masticarlo lo trituraban, gastábanse los dientes hasta las encías, como se advierte en algunas momias egipcias.

La experiencia mostró muy pronto el valor nutritivo de los granos de trigo, y se extendió su uso. En Egipto se amasaba cada día, y era oficio de las mujeres y por eso había piedras o muelas en cada casa. Lo propio ocurría en otros países de Oriente y en Grecia.

El pan era ácimo. Después se aprendió a ponerle un poco de levadura, es decir, masa atrasada, y así se logró que fermentara, con lo que se hizo menos pesado, más esponjoso y digestible. Los romanos supieron ya fabricar un pan muy aceptable.

Después que se comían los granos triturándolos, hasta que se amasó el pan de flor de los romanos, hubo sin duda muchas maneras de aprovechar la pasta. Mas, ¿quién ha sido el inventor del pan?

Los griegos atribuyeron la invención del pan a Triptolomeo o al dios Pan, unos 1400 años antes de Jesucristo. Pero, hablando de la invención del pan, hace esta juiciosa y profunda observación el filósofo español Eduardo Benot: «Sabemos cómo se llamaba Atila, e ignoramos el nombre del inventor del pan».