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El tejón

Obra: Animales de Europa y sus crías. Ed. Fher.

Autor: (Anónimo)

Tipo de texto: Expositivo


El tejón es completamente diferente de los demás miembros de su numerosa familia (la llamada de los mustélidos), tales como la comadreja, la nutria, la marta y la garduña.

Es muy perezoso. Tanto que, pese a su condición carnívora, no se dedica a la caza: prefiere una alimentación más cómoda, aunque sea a base de vegetales o de animalillos lentos que no le den mucho trabajo.

Únicamente se preocupa de prepararse una madriguera a su gusto: precisamente, tal que reúna las mejores condiciones para su tranquilidad. Debe ser suficientemente subterránea para que nadie le llegue a molestar. El tejón se la excava por sí mismo, con gran tenacidad. Cuando está finalizada, tiene numerosos pasadizos y salidas de seguridad, un respiradero y una cámara central suficientemente amplia para moverse sin estorbos.

Allí pasa el tejón todo el día haraganeando y completamente solo. Únicamente durante la época de celo abandona su aislamiento y elige una compañera.

Pero, apenas han nacido sus hijos, los abandona y vuelve a su vida solitaria. Por cierto, los tejoncillos no se parecen a su padre: son alegres e inquietos, retozones y activos. Sólo cuando va pasando el tiempo, olvidan lo que es correr, se separan del grupo y se encierran a dormir tranquilamente en su madriguera, que siempre está limpísima.